Invitadx

Osaka

Por Analía Malvido

Te sigo hasta el fin del mundo, te dije. Juntos hasta la eternidad, me dijiste. 

Tu trabajo nos trajo a Osaka. Es domingo y caminamos por el Keitakuen garden. Hay un lago con puentecito. Hay sol y me abrazás casi sin tocarme como si no quisieras lastimarme. Pienso eso y lo borro asustada de mi cabeza, qué pavadas estoy pensando. Caminamos y no hablamos porque no hace falta. Estamos un poco aturdidos con tanto cambio de vida y tanta mezcla de lenguas. Medio tonta, pienso que tendría que inventar un idioma pero no me tengo fe. No me parece que vaya a ser elocuente como el cerezo, como el puentecito y los peces. Qué poco nos hace falta, pienso, y respiro.

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