Hay un lugar que no he conocido,
que imagino,
en sigilo,
insistentemente.
Es tan prófugo a mis manos,
forastero,
tan lejano, tan ajeno,
que se esfuma de los mapas más oscuros,
se preserva,
se reserva,
se conserva,
de mí, de él,
y de todos los que no saben querer.
Una lupa amartelada me acompaña,
se adentra,
se acerca,
se alumbra,
es mi aliada en la pesquisa,
sabia, altiva y llenisima de fe.
Ve los ríos, las escalas y regiones,
cuando yo no puedo ver,
y me pierdo ante su guía y direcciones,
ya cansada de querer.
Una estrella color plata se refleja,
en su vidrio de aumentado,
transparente,
tan pulido y reluciente,
que marean con destellos,
e hipnotizan con sus brillos,
cuando dejo de creer.
Hay un lugar que no conozco,
y que quiero conocer.
Que se borra de los mapas,
cuando yo me acerco a él.